Los medios ofrecen datos sin contexto que no informan al ciudadano
Una cifra por sí sola no dice nada. Parece una obviedad, pero esto lo repito constantemente a mis alumnos en los cursos de visualización de datos que imparto. Y lo hago porque es muy frecuente ver en los medios cómo nos bombardean con datos y cifras que no dicen nada.
Uno de los ejemplos que más me molesta es el dato de camas UCI ocupadas en una determinada región o provincia. En los momentos álgidos de las diferentes olas de la pandemia que estamos padeciendo, los medios suelen informar de lo crítica que es la situación en los hospitales ante la escasez de camas UCI. Pues bien, en la mayoría de las ocasiones dan el dato de camas UCI ocupadas, pero no indican el porcentaje de ocupación, con lo que es como si no dijeran nada. Qué más da que una provincia tenga, por decir algo, 450 o 900 camas UCI ocupadas; si no sabemos cuántas tiene en total, poco importa ese dato. Sería más útil, es decir, nos darían información (y no solo una cifra que no sirve para nada) si ofrecieran siempre el porcentaje de camas UCI ocupadas por enfermos COVID-19.
Creo que esto sucede porque existe una tendencia generalizada en los medios de llamar la atención, necesitan captar nuestro interés y para ello creen que cuanto mayor es un número (no un dato), mayor es su capacidad de impactar. El número 450 (por ejemplo, camas de UCI) es mayor que el número 61 (por ejemplo, porcentaje de camas UCI ocupadas). Ellos creen que diciendo 450 en lugar de 61 impresionan más a la audiencia y captan su atención. Sin embargo, que el 61% de las camas UCI esté ocupada por enfermos de COVID-19 es más impactante que decir que hay 450 camas UCI ocupadas por enfermos del virus si no sabemos cuántas camas UCI hay en total.
Otro ejemplo de ello, también relacionado con la pandemia, son los datos de Brasil. Los medios suelen mostrar un escenario dramático del país sudamericano. Pero, ¿tan distinta es la situación con relación a nuestro país? Pues la verdad es que no. Los medios retratan a Brasil con dos cifras; muertos (368.749 a fecha 17 de abril) e infectados (13.832.455 en la misma fecha). Sin embargo, si ponemos esas cifras en relación con su población total, observamos que el porcentaje de personas que han muerto por COVID-19 en Brasil es el 0,17% frente al 0,16% de España en la misma fecha. En el caso de los infectados, España está peor que Brasil, con un 7,23% de la población española infectada, frente al 6,55% de la brasileña en la misma fecha. Es cierto que una sola vida perdida resulta dramático y que a veces al poner porcentajes parece que relativizamos la gravedad. Pero si no lo hacemos, corremos el riesgo de desinformar en lugar de comunicar y dar información correcta al ciudadano para que extraiga sus propias conclusiones.
Comunicar datos no es llamar la atención, es ofrecer información para deducir las consecuencias derivadas de un hecho.
Los medios necesitan noticias, titulares, cifras, declaraciones que sean históricas, asombrosas, excepcionales, de récord. Al igual que sucede con los partidos del fútbol, donde cada temporada hay un partido del siglo, los medios necesitan que las cifras tengan cuantos más dígitos mejor para poder usar un adjetivo superlativo. Olvidándose, en muchas ocasiones, que no están diciendo nada.
Como les digo a mis alumnos, un número no es un dato. Para que eso suceda, el número nos tiene que transmitir una información. Alguien se lo tendría que recordar a los medios. Comunicar datos no es difícil, pero necesita hacerse bien.